Fama, fortuna, lujos. Esas tres palabras pueden definir la vida de Rocky Balboa en el comienzo de la tercera parte de una estupenda saga de películas. Es que tras vencer a Apollo Creed y convertirse en el nuevo campeón del mundo de peso completo, el Semental Italiano empieza a ser conocido mundialmente y a defender el título entre comerciales y millones. Pero en el camino se encuentra con Clubber Lang, un negro con cara de asesino que se postula como el número 1 a desafiar la corona del campeón. El entrenamiento de Balboa es relajado, sin ser tomado en serio, menospreciando una pelea que nunca supo lo difícil que sería. El resultado es un duro nocaut y la pérdida del trono.

Cuando la carrera de Rocky  parece finalizada aparece el ex rival de las primeras dos pelis y se postula como manager de Rock para que juntos vuelvan a desafiar a Lang por el título. Apollo es contundente al hablarle a su nuevo dirigido: “tenés que volver a tener esa mirada de tigre que tenías cuando me ganaste a mí”. The eye of the tiger es lo que recupera Rocky,  además de aprender a pelear como un verdadero boxeador, y liquida a Clubber en el 3er round.

Apo Apo arrancó el torneo Edeba en la categoría F pasándole el trapo a todo rival que se le cruzaba y se sentía imbatible, ostentando ya un título en cancha de similares dimensiones. Ir a jugar un fin de semana era ir a saber que uno iba a ganar. Pero todo Rocky tiene su Clubber Lang. Apareció Che Spettacolo y noqueó a Apo dejándolo sin invicto y sin posibilidades de salir campeón.

El equipo de La Modelo nunca tuvo un Apollo que lo ayude pero si fue acumulando una sed de revancha durante todo este tiempo. Comenzó la E de la misma manera, pero esta vez ya sabía que había rivales dignos de enfrentar y capaces de sentarlo de culo. El domingo se volvieron a ver las caras, sin embargo había algo en la mirada de los jugadores de Apo que había cambiado. Lo que antes eran ojos de personas comunes y corrientes ahora eran los de 8 tigres sedientos de venganza.

No fue tan fácil como se le hizo a Rocky, sin embargo la determinación, la actitud y los huevos que pusieron los ocho gladiadores que salieron a La Terraza fueron las claves para llevarse una victoria SPETACULAR.

Para variar, los vestidos con la de Iron Man, comenzaron perdiendo 1 a 0. Pero rápidamente dieron vuelta el partido con goles de Pablito y el Chan. La idea a partir de esto era tratar de manejar la pelota y hacer correr al rival, pero Apo se metió atrás y lo pagó con 2 goles de Spettacolo que revirtió el resultado. El primer tiempo seguía siendo electrizante y de ida y vuelta, ambos equipos marcaban mal y eso hacía que se dieran muchas situaciones de gol. Tal es así que un Fabi sano puso el empate, y un Fabi roto (le tiró) anotó el cuarto tras una avivada de lateral del cumpleañero Beneventano (se puso con las masitas). Cuando ya se iban a descansar, Che Spettacolo armó una jugada sensacional y empató el partido en 4. 

En el complemento la idea era otra vez la misma. Comenzar mentalizados y no dejarse primeriar, ahora con un poquito menos de piernas y de jugadores (el Beltrán mayor fue a jugar de 9 como Gerlo en una gamba porque no podía correr). Pero lo primeriaron. El rival volvió a pegar primero en 30 segundos con un tiro que al rebotar en el Chino descolocó al 1 (con la 10) de Apo: 4-5 y a remar.

El pasaje siguiente del partido es donde los guerreros de Edu sacaron a relucir esa mirada de la que estábamos hablando. El Cuervito marcó un gol clave y empató una vez más y Pablito se encargó, en dos oportunidades, de darle ventaja de 2 por primera vez en el partido a un equipo. El Chan aumentó y con la ventaja de 3 goles parecía que el match estaba liquidado. Sin embargo el 9 rival inventó una especie de tijera-chilena bárbara  y descontó: 8-6.

El tramo final del partido fue para el infarto. El punta rival volvió a quedar mano a mano y con una definición pifiada y con suerte arrimó a Spettacolo a un gol de diferencia. Con Omi como abanderado, Apo defendía y defendía con uñas y dientes el gol que le daba la victoria y la posibilidad de seguir luchando por el campeonato hasta que Pablito se escapó y fue derribado por el defensor rival. El crack de Apo se lesionó el hombro y no pudo continuar. Tiempo de descuento, un gol arriba, 6 (y una gamba de Fabo) contra 8 y un tiro libre a favor en la puerta del área. El Cuervo se paró frente a la pelota y el resto de los jugadores se quedaron en su campo, esperando la arremetida final del contrincante. El remate no prosperó y se vino la última jugada del partido. Después de una serie de rebotes la pelota le quedó al 10 de Spettacolo picando y dentro del área para fulminar al arquero y cantar el empate.

La actuación del Bilo hasta ese momento no había sido ni buena ni mala porque no tuvo responsabilidad en los goles y tampoco había sido determinante en ninguna jugada. El 10 se llenó el pie en un remate que impactó de lleno en la boca del estómago del 1 que voló y salvó al equipo en la última bola del partido. “Me tapó todo el arco” se le escuchó decir luego al jugador del equipo rayado. Fermín pitó el final. Victoria y alegría. Revancha y satisfacción. Masitas y coca. Apo está mas vivo que nunca y tiene la mirada de un tigre que quiere decir BASTA de ver festejar a los demás.