Apo Apo se levantó temprano, se afeitó cuidadosa y prolijamente y se metió en la ducha con los nervios comunes en este tipo de situaciones. Ya bañado y perfumado, agarró su mejor pilcha y se encaminó decidido a la entrevista. Sabía desde el principio que por más que su curriculum ostente 8 títulos y 7 años de experiencia en puestos similares, la cosa iba a estar complicada.

El comienzo fue complicado, la entrevista fue grupal y Apo respetó mucho a los postulantes que intimidaban con sus trajes y su facilidad de palabras. Callado, tímido, perdió mucho terreno y comenzaba a darse cuenta que estaba en desventaja. Tras veinticinco minutos complicados, los entrevistadores decidieron tomar un break, para luego continuar con el proceso de selección.

Apo aprovechó el descanso para serenarse, buscar dentro de sí mismo las mejores armas que él sabe que tiene pero que no estaba utilizando. Miró una vez más su curriculum, se dijo en voz alta “yo soy Apo Apo” y salió decidido a la segunda parte. Entonces el muchacho tímido, que respetaba a los demás y no tomaba la palabra comenzó a demostrar por qué está para el puesto solicitado.

Carácter es la palabra que cualquier persona utilizaría para describir lo que vino a continuación. Con sus limitaciones y con el terreno perdido, con las virtudes de los rivales y con los errores propios, con poco fútbol pero con la garra y el corazón de siempre, Apo se llevó por delante al mejor y puso en Jaque su continuidad en la Copa. Salió a la cancha con Curriculum en mano y a todos los que no lo conocían les dijo “Hola, soy Apo Apo y dentro de poco nos vamos a volver a ver”.

Quizás no haya obtenido el trabajo porque le faltó experiencia, pero Apo demostró una vez más que las armas las tiene. Quizás los entrevistadores hayan seleccionado a otro postulante, pero él sabe que en el futuro va a tener su lugar. La prueba se pasó, el sabor amargó quedó, pero los pibes de Apo se fueron con la frente bien en alto.