El día, la hora y el lugar ya estaban señalados. En la sede ya se sentía lo que iba a ser una noche de copa. Esas noches como las de Parque Norte, pero sin el frío y sin el río. Esta vez con 30 y pico de grados Apo Apo comenzaba su sueño en la Copa de Campeones de Edeba.

Y lo comenzó de la mejor manera, jugando quizás uno de los mejores primeros tiempos que se le hayan visto en esto del fútbol 8. Todos concentrados, precisos, aprovechando al máximo las situaciones de gol, ganando todas las divididas y prácticamente llevándose por delante a Pasaje Duarte, el rival de turno. El único problema de esto es que los jugadores estaban dejando todo, y la resistencia física en el segundo tiempo era un verdadero interrogante.

Para variar, Pablito abrió la cuenta tras una magistral asistencia del Chan que se disfrazó de Riquelme: 1-0. El equipo siguió presionando y jugando su mejor fútbol. Empezó a aparecer la jugada de la cabecita con Omi y el Bilo de abanderados y los jugadores rivales comenzaron a desesperarse. Sin embargo tuvieron algunas llegadas aisladas que fueron desactivadas por la defensa o el arquero ayer vestido de naranja. Justamente en una de estas situaciones de Duarte fue cuando llegó el segundo gol de los de La Modelo. Un gran contragolpe y otra gran asistencia, esta vez de Xavi con cara externa y de caño a un rival, para que el goleador Gianelli vuelva a marcar y le de un poco de tranquilidad a Apo.

Ya sobre el final del primer tiempo, el Bilo no salió jugando como en toda la noche por abajo y partió un pelotazo-pase para su hermano que se agachó, la pelota sobró al defensor, y el 6 se escapó solo por la derecha, cruzo un pase con fuerza de arco y si, otra vez el gnomo llegó para marcar un Hattrick más: 3-0 y al descanso.

Un descanso corto que no fue suficiente para recuperar la cantidad de energía que se utilizó en el brillante primer tiempo. El segundo tiempo fue una copia de los primeros 25 pero con los equipos invertidos. Apo perdió la pelota, le costó mucho en la salida y la presión de Pasaje Duarte hizo que comenzaran a aparecer errores. A pura garra el equipo rival marcó rápidamente dos goles y se puso a tiro del empate. Empate que llegó tras una jugada elaborada de tiro libre y un gran remate cruzado de zurda. Apo pudo ganarlo en una jugada que camisetearon a Xavi cuando se iba para el gol, pero lo cierto es que quedó más cerca de perderlo sobre el final. El árbitro, de gran tarea, pitó y el resultado quedó en empate: 3-3 y penales.

En el epílogo, el capitán Picón se hizo cargo de ejecutar el primer tiro desde los 12 pasos y convirtió con un puntazo certero. Duarte contestó con un lindo gol esquinado: 1-1. El mariscal se adelantó a la pelota y cumplió con el mito que dice que el que juega bien el partido erra el penal, y lo tiró por arriba como su querido Martín con Colombia. La chance era para los de negro de ponerse en ventaja, chance que quedó enterita en las manos del Bilo. Persistía la igualdad y el Chan, con un poquito de suspenso, puso el 2 a 1. Un zurdo pateó el mejor penal de la serie e igualo en 2, mientras que Pablito metió su cuarto gol en el partido abriendo el pie al palo izquierdo del arquero. La definición estaba 3-2 para Apo y fue el turno de otro zurdo, que con cara interna pero con gran fuerza estrelló su remate en el pecho del Bilo que volaba sobre su palo derecho. El quinto penal quedó en los pies del Beltrán mayor que con clase definió el partido para el delirio de la afición raviolera.

En el día de los enamorados, una vez más estos gladiadores demostraron estar a la altura de las circunstancias y ahora esperan al mejor equipo del Torneo Edeba, para volver a dejar todo en el campo de juego y demostrar que el amor por esta camiseta es eterno.